lunes, 11 de octubre de 2010

Le premier jour du reste de ta vie...




Hace poco que he empezado una relación con una persona . Por ahora todo nos va bien,claro está que al principio todo es muy bonito. La verdad es que estamos muy a gusto, se podría decir que nos entendemos muy bien. Creo que nos queremos, tenemos las mismas aficiones y opinamos prácticamente igual en todos los aspectos. Tenemos amigos en común y nos llevamos bien con el mismo tipo de gente.En la cama no es nada espectacular pero digamos que me satisface. A veces discutimos de noche cuando estamos a solas, pero teniendo en cuenta que eso lo hacen el 99,9% de las parejas no es un tema del que preocuparse.

Hay noches que se nos va la cabeza con el alcohol y acabamos tonteando con otras personas o "parejas", que rara vez nos convienen. Pero hemos decidido que un desliz lo tiene cualquiera y más al principio , así que tras una batalla interna nos acabamos perdonando.

Tenemos mucho pasado en común, incluso en el tema de relaciones. Al parecer los dos nos hemos lanzado con personas que nos daban muchas emociones pero poco amor. Así que ahora los dos tenemos bastante claro que es lo que queremos, o más bien lo que no queremos.

Queremos a una persona noble, que cuando la tengamos cerca no la sintamos lejos, que nos de cariño cuando lo necesitamos y nos ponga firme cuando todo se desmorona a nuestro alrededor, que nos escuche y nos de su apoyo cuando nos sentimos solos. En definitiva queremos a alguien que nos trate bien. No queremos egoísmos, no queremos orgullo, no queremos que pasen de nosotros, no queremos que nos hagan sufrir por estupideces. Lo que viene siendo una relación madura y sana...

Pero bueno no todo es coser y cantar, también hay días que no la soporto, que tan sólo quiero tener mi espacio y me ahoga...pero me prometí que siempre estaría ahí y que no iba a abandonarla. Así que aunque tengamos nuestros más y nuestros menos, luego llegan esas noches...noches en la que nos sentamos en mi habitación, nos relajamos escuchando música, escribiendo tonterías y leyendo otras tantas...y es en ese momento cuando me doy cuenta que estamos en paz y que lo que tenemos es especial, y debo luchar por mantenerlo y cuidarlo. Así es como empezó mi relación conmigo mismo, aprendiendo que primero hay que quererse a uno mismo... antes que amar a un completo desconocido.