jueves, 16 de julio de 2009

Golondrinas







Acabando el libro...conversaciones en la orilla de la playa Kafkiana:

-¿Y tú , Oshima?

-¿Si yo estoy enamorado?¿Es eso lo que me estas preguntando?


Asiento


-¿O sea, que te atreves a hacerme una pregunta indiscreta sobre los amores ilícitos que alegran mi pervertida vida, a mí, un homosexual que no es más que una asexuada tarada?

Asiento.Él asiente a su vez.

-Sí, hay alguien en mi vida -dice Oshima. Come el marisco con cara seria-. No es un amor apasionado, de esos que se encuentran en las operas de Puccini.¿Como te diría?No estamos ni demasiado cerca ni demasiado lejos. Sólo nos vemosde vez en cuando.Pero, básicamente nos comprendemos muy bien el uno al otro.


-¿Os comprendeis muy bien?

-Haydn, cuando componía, se vestia siempre de gala y se ponía una magnifica peluca. Al parecer, incluso se la empolvaba.


Sorprendido, miro a Oshima a la cara.

-¿Haydn?


-Si no lo hacía, no podía componer bien.

-¿Y por qué?


-No lo sé. Era una cuestión entre él y su peluca. Nadie más puede entenderlo. Quizá ni siquiera haya explicación posible.

Asiento.


-¿Sabes.Oshima? ¿Te has puesto triste alguna vez pensando en él cuando estás solo?


-Pues claro- dice Oshima-.A menudo. Especialmente en la estación en la que la luna aparece azulada. O en la estación en que los pajaros viajan hacia al sur...

-¿Y por qué dices claro?- pregunto.

-Porque , cuando nos enamoramos, todos buscamos en la persona amada una parte de nosotros que nos falta. Por eso, al pensar en esa persona, siempre nos ponemos en mayor o menor medida tristes. Nos sentimos como si volviéramos a pisar una habitación añorada que habíamos perdido hace muchísimo tiempo. Es natural. Esa sensación no la has descubierto tú. Así que mejor no intentes patentarla.






mmm espero no perder mi peluca rubia, a ver si no voy a poder componer :)